jueves, 3 de marzo de 2011

GOOGLE SIEMPRE VA POR DELANTE

ATLAS ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?
26 de noviembre - 28 de marzo 
Museo Reina Sofía, Edificio Sabatini
Organización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía 
Comisario: Georges Didi-Huberman

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Virginia Lázaro Villa

Me resulta tremendamente complicado dilucidar una opinión clara sobre esta exposición. Parece que ante un proyecto como éste, de tal envergadura y tantos años a sus espaldas siempre habrá información básica que te es desconocida. La he visitado en varias ocasiones y siempre me deja la sensación de inabarcable, de excesivamente compleja. Pasear por sus salas realmente provoca la sensación de llevar un mundo a cuestas y de que además te es desconocido, pero más que un mundo de imágenes (con las que hoy día tenemos buena relación) un mundo hecho de teoría. Pero que no parezca apología por las cosas débiles o con intenciones didácticas.

La exposición Atlas es consecuencia del estudio, por parte de Didi-Huberman, del trabajo realizado por el historiador Aby Warburg (1866-1929). No pretende ser una monografía retrospectiva sobre el trabajo de Warburg, y no lo es (para eso ya esta publicado el Atlas al completo). Pretende proponernos un sistema de entender las imágenes, una manera de trabar conexiones íntimas y privadas entre ellas. “Trazar conexiones inconscientes entre las tensiones que se establecen en las imágenes, por las analogías que internas a ellas podemos encontrar”. Ésta fue la propuesta que Warburg nos dejó y que ahora Didi-Huberman tiene la posibilidad de poner a su disposición y desplegarla para pensar las imágenes desde 1914 hasta nuestros días.

Me pregunto por las imágenes que no están. No solo por las pertenecientes al mundo del arte si no por aquellas que precisamente fueron, y están siendo creadas fuera de él. Dentro del archivo que es este Atlas se encuentran, no solo contenidas, si no mostradas en las salas del Museo Reina Sofía, Las Histoire(s) du cinéma de Godard, y resulta extraño pensar el Atlas y las imágenes  concretas que contiene, teniendo tan presente a todas las imágenes que quedaron fuera, alejadas del centro de la diana. Pero que esperábamos, imposible pensar todas las imágenes a no ser que lo hagamos desde su ausencia. Puede que, concretamente la exposición (sin pensar en el catalogo, que parece un tema a parte), se propusiera poner en activo el archivo total y mostrar una parte de él, solo una parte que nos llevara a pensar todas las demás por ausencia. Puede que sea solo la muestra de una posibilidad de orden dentro de todas las demás posibilidades, pero no parece posible pensar las así cosas poniéndolas en un museo, cuyos muros son el limite del espacio donde existen las cosas. Atlas nos propone una manera de pensar el SXX, o más bien, un sistema para pensar el arte y por lo tanto, una manera de pensar los museos que extrañamente no dista nada en absoluto de la que ya conocíamos.

La exposición es larga. No hay duda de que solo es posible sobrevivir, habiendo pasado por todas las obras, si realmente tienes un interés primordial. Además está plagada de textos que nos recuerdan que todo, hasta lo mas pequeño, ha sido pensado y reflexionado y esta allí porque realmente se ha decidido que ha de estar. Es aquí donde aparece la angustia del ignorante, donde solo te queda rendirte ante lo dictado por las cartelas o ignorarlas y ser por lo tanto castigado con la expulsión de la visita. No reclamo papeles explicativos con diseños atractivos al estilo de la Casa Encendida, pero si considero importante hacer notar que los cabos que tiende la exposición para seguir la propuesta curatorial por medio de estos textos solo lanzan al visitante a un abismo de conceptos infinito. Intertextos, sí, pero que no resultan posibilidades abiertas, si no zonas oscuras que bloquean ese imaginario colectivo que pretenden conectar.

Me surgen preguntas con esta exposición, acerca de como evitar que un archivo cosifique aquello que toca, o como convertirlo en algo crítico, con pregnancia, más haya de un sistema de gestión de datos, sobre el publico al que se dirige y el compromiso que pretende con él, sobre la operatividad posible del sistema expositivo de los museos… Atlas es un sistema intertextual para las imágenes del arte occidental del Siglo XX, en eso no hay duda posible. Sirve para pensar las imágenes, no para pensar los museos, pero no es posible hacernos pensar de otra manera en un lugar cuyos códigos son parte de los usos y costumbres más arraigados en nosotros y que ha sido receptáculo de la IMAGEN (así, en mayúsculas). Y más aun, no es posible si las imágenes que se nos ofrecen son las mismas de siempre solo que organizadas de otra manera. Didi-Huberman ha desplegado su mesa de juego, ha puesto las normas sobre la mesa y ha barajado, pero no ha mezclado barajas.

Al margen de la exposición, Didi-Huberman propone pensar sobre “la proximidad entre este trabajo de pensamiento y el trabajo propio de muchos artistas de los siglos XX y XXI  que han utilizado la forma del atlas en la que podemos reconocer una historia de la imaginación humana”. Mas haya de el empleo real de un archivo, Didi-Huberman nos propone entender la historia, la historia del arte, a la manera de los artistas, o mas bien, escribirla bajo este sistema de orden propio del trabajo artístico del siglo XX. Una manera en donde no existen categorías, más hallá de lo que es una cosa según quien sea su compañero mas próximo. Parece que por ahora las imágenes bastardas, que no pertenecen a la historia del arte siguen quedándose fuera del total de las imágenes pero sin embargo, Google nos recuerda constantemente como de mutables son las categorías y las conexiones entre las cosas.

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