miércoles, 16 de febrero de 2011

Off Escena: si yo fuera…

CABELLO / CARCELLER.

Helena Cabello (París, 1963) y Ana Carceller (Madrid, 1964)

Abierto x Obras Del 21 de enero al 13 de marzo 2011-02-13

Matadero Madrid

Yo también prefiero la realidad

Yutsil Cruz

Si yo fuera rico… Lo más probable es que desde la infancia hemos imaginado lo que haríamos con mucho dinero. Comprarnos muchos dulces, una casa de campo con alberca, largarnos de nuestro trabajo, viajar, en fin… Cualquier deseo. Desear ser rico es un estereotipo, un ideal que se inculca desde temprana edad. En Off escena: si yo fuera… se propone este tópico como tema de trabajo, el cortometraje que forma parte de la instalación y que termina con la canción If I Were a Rich Man (si yo fuera rico), intenta una crítica de éste. Preguntarle a cuatro presas que harían si fueran ricos en lugar de ricas, supone el cuestionamiento de género. Trabajar con presas, cojos o enfermos mentales, puede llegar a ser otro estereotipo.

El trabajo artístico en “colaboración” con un sector específico de la sociedad que se caracteriza por estar “marginado” o “excluido” de la misma, es una decisión que concierne al artista o en todo caso al curador, en este último caso es de cualquier forma un acuerdo. En este sentido la peculiaridad es lo que adquiere importancia. No es lo mismo trabajar con ricos que con pobres; con mujeres presas o con mujeres en libertad. Las condiciones de vida, su contexto y realidad son diferentes. Incluso bajo una misma circunstancia y diferente género, es sabido que las mujeres presas son más susceptibles a abusos que los hombres presos, por ejemplo.

La forma en la que se realiza la colaboración; es decir, ¿Cómo el artista se aproxima?, se vincula, ¿Cómo surge la colaboración?, ¿En que consiste la colaboración del “otro”? es altamente cuestionable, sobre todo si se decide trabajar con un sector excluido socialmente. Los presos y presas están desterrados de la dinámica social, encerrados y privados de su libertad por su mal comportamiento según las leyes del estado al que se pertenezca.

Últimamente es visible un gran interés por algunos artistas en trabajar con grupos sociales “marginados”, algunos han argumentado en dar voz a los oprimidos, otros simplemente asumen la colaboración como parte del sistema de negociación y abusos mutuos que surgen en el sistema artístico. ¿Es acaso una especie de activismo?. Cuestionar en abstracto sin un ejemplo en concreto de este tipo de dinámicas artísticas, nombradas, arte relacional, procesual o contextual, etc… me parece inútil, justo porque, las formas de aproximación son bastantes diversas. De modo que lo más sensato sería cuestionar en específico a las obras que tienen dicho carácter.

En el caso de la pieza Off escena: si yo fuera… Se realizó un trabajo previo de vinculación y gestión con el centro penitenciario Madrid I – Alcalá Meco. Las artistas seleccionaron a partir de un casting a cuatro mujeres que accedieron a la participación en la elaboración de la pieza. Su tarea consistió en ser las actrices protagonistas de una puesta en escena, bajo la dirección de las Cabello / Carceller, ésta fue registrada en video para su exhibición pública. Desconozco y me intriga saber la forma en la que se realizó la negociación y aceptación de la participación de las mujeres presas, si estas fueron remuneradas o no, bajo algún tipo de intercambio económico o de algún otro tipo. Finalmente ese atrás de bambalinas de la forma en la que se da la colaboración es parte del sistema artístico y define la coherencia de la propuesta conceptual en relación a su forma de proceder.

No puedo dejar de vincular y diferenciar dos contextos totalmente opuestos. El día que asistí a la inauguración de la pieza y observe que se encontraban las presas “protagonistas, actrices y colaboradoras”, me sorprendí, pensé que era un gesto amable de las artistas. Posibilitarles una noche de “fama y de libertad”, es un lujo bajo esa condición. Después conversando sobre la pieza con los asistentes y ahora en este texto recuerdo una noticia de México, publicada en el diario La jornada del día 20 de agosto del 2010; en la que se expone el caso de mujeres que son “liberadas” de su celda para ser trasladadas a túneles que conducen a los juzgado del reclusorio oriente varonil; unas se prostituyen por voluntad propia, argumentan autoridades del sistema penitenciario. Aunque otras son obligadas a prostituirse, de cualquier forma en ambos casos el abuso es de la autoridad.

Dos realidades aparentemente distintas, en las que las mujeres encarceladas son expuestas. Por un lado en la pieza de las Cabello / Carceller, sucede una ficción complaciente en la que se pretende ser “justo” con el “otro” y se decide incluirlas en una fase más de lo que implica el proceso artístico, invitándolas a ese evento nombrado inauguración a degustar del cocktail y de las conversaciones, preguntas e intereses del público. Otorgándoles visibilidad.

La contraparte (la noticia en México), una realidad cruda e indignante en la que el abuso es totalmente visible . La explotación de las mujeres, el lenocinio.

¿Para que contratar o invitar a cuatro mujeres internas a colaborar en la pieza, si se hubiera podido contratar a actrices no profesionales o a cualquier otro grupo de personas? Las artistas comentan en entrevista con Sergio Rubira que les interesa “dejar las dosis actorales para hacerlo más realista”, “pensamos que lo mejor, era contar con personas presas que estuvieran encerradas y supieran lo que es”.

Sacar a las presas de la cárcel, para trasladarlas, encerrarlas en un escenario construido en la sala de exhibición, pedirles que actúen y representen el encierro que viven. Es el juego entre realidad y ficción que se promueve; una ficción reiterada que se multiplica. El resultado de la pieza se queda en la ilustración de ese juego que no resulta significativa.

Una pieza insípida en la que el formato teatral de la representación desvanece las intenciones de las artistas por transgredir y generar imágenes de identificación alternativas a las hegemónicas. Provocar en lugar de ilustrar me parece mucho más efectivo. “a mi no me gusta actuar, me gusta la realidad”. dice una de las actrices en el cortometraje. Yo también prefiero la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario